The Ulysses Syndrome in the Age of Artificial Intelligence

 

 

 

Marcello Mercado

The Ulysses Syndrome in the Age of Artificial Intelligence

An Individual Strategy in Response to Algorithmic Seduction

2025

 

The expansion of generative artificial intelligences has established a new technical regime of production, perception, and decision-making. In this context, the concept of the Ulysses syndrome in the age of AI is proposed as a concrete strategy to counteract the seductive mechanisms embedded in these systems. It involves establishing a rigorous mode of engagement with AI. The syndrome involves an active posture of containment, exposure, and control aimed at sustaining individual judgment in an environment that tends to dissolve it.

 

 

The Logic of Proliferation

 

Generative AI systems operate under an expansive logic. They offer incessant variations, formal refinements, and immediate responses. This dynamic is not neutral; it reorganizes the economy of desire and transforms intellectual labor into a potentially addictive interaction. Each provisional output leads to the next in an open-ended loop. In such a context, the Ulysses syndrome suggests a relationship governed by internal conditions, such as production limits, delays in evaluation, self-imposed formal structures, and instances of critical distancing.

This kind of relationship with AI requires a level of maturity that is still developing. The novelty of the technology prevents the development of habits of containment or deceleration. The work forms that emerge from this syndrome will necessarily be oriented toward de-automation and disrupting compulsive use.

 

 

Technical Conditions for Containment

 

The syndrome does not prescribe a specific technique, but rather, defines a general technical disposition. Some of its conditions include:

Setting limits on the number of iterations per session

Incorporating deliberate pauses between generation and evaluation

Postponing judgment until the immediate effect of fascination subsides.

– Adopting external forms, such as metrics, structure, or format, to contain automatic proliferation.

– Exposing the system’s logic as part of the process without neutralizing it.

 

These conditions are not universally normative. Rather, they function as modulations of use, adaptable by each practitioner to avoid fusing judgment with the device.

 

 

Theoretical Resonances:

 

Byung-Chul Han characterizes the present as a «violence of positivity,« where everything becomes visible, generable, and available.

«The violence of positivity does not deprive; it saturates. It does not exclude; it exhausts.«

AI amplifies this saturation, requiring a form of attentional economy that has yet to be established. The syndrome proposes an active interruption of that flow.

 

Bernard Stiegler conceptualizes technology as pharmakon, which is both remedy and poison.

«To be thoughtful means to be civil… Attention has a significance that is both psychological and social.«

Conscious use of AI requires treating attention as a technical and political act.

 

Harun Farocki argued that many contemporary images are not made to be seen but rather to operate. AI generates images, text, and sound not necessarily for human receivers, but as part of a systemic flow. Introducing pauses and analysis intervenes in that flow and resists its total operativity.

 

G. I. Gurdjieff stated: «One needs fire. Without fire, there will never be anything. This fire is suffering—voluntary suffering—without which it is impossible to create anything.«

In this context, AI can be seen as that fire. It should not be feared or avoided, but rather traversed without burning. Technical discipline and structural clarity are required to sustain exposure without surrendering to automatism.

 

Vilém Flusser viewed technical apparatuses as programmable systems that automate symbolic production and neutralize subjective intention. To him, resisting the apparatus meant deviating consciously from its program. In this sense, the Ulysses Syndrome can be seen as a strategy of deviation from the programmatic logic of AI. The goal is not to break the system, but rather to insert decisions that its architecture does not anticipate.

«Freedom becomes the ability to deviate from programs.« (Towards a Philosophy of Photography, 1983).

 

 

Toward New Forms of Work:

 

The Ulysses Syndrome in the Age of AI offers a conceptual framework for exploring new forms of work in relation to generative systems. The book proposes an asymmetrical relationship with AI: exposure without fusion, collaboration without obedience, and listening without submission.

The goal is not to reduce AI usage, but rather to develop internal tools so that its use does not become an automatic reflex. The technical, ethical, and cognitive conditions derived from the syndrome may vary, but they all have one thing in common: the need to sustain a subjectivity that is not absorbed by algorithmic logic.

 

 

 

 

 

 

(Español)

 

Marcello Mercado

El Síndrome de Ulises en la era de la Inteligencia Artificial

Estrategia individual ante la seducción algorítmica.

2025

 

La expansión de las inteligencias artificiales generativas ha instaurado un nuevo régimen técnico de producción, percepción y decisión. En este contexto, presento el concepto del Síndrome de Ulises en la era de la IA como una estrategia concreta para hacer frente a los mecanismos de seducción de estos sistemas. Se trata de establecer una relación rigurosa con la IA. El síndrome describe una actitud activa de contención, exposición y control orientada a mantener el juicio individual en un entorno que tiende a disolverlo.

 

 

La lógica de la proliferación

 

Los sistemas de IA generativa operan bajo una lógica expansiva. Ofrecen variaciones incesantes, refinamientos formales y respuestas inmediatas. Esta dinámica no es inocente, ya que reorganiza la economía del deseo y transforma el trabajo intelectual en una interacción que puede llegar a ser adictiva. Cada resultado provisional remite al siguiente en un bucle sin fin. Frente a este entorno, el síndrome de Ulises sugiere una relación mediada por condiciones internas: límites de producción, retrasos en la evaluación, estructuras formales autoimpuestas e instancias de distanciamiento crítico.

Esta forma de relacionarse con la IA requiere un tipo de madurez que aún está en formación. La novedad tecnológica impide que se consoliden hábitos de contención o desaceleración. Las formas de trabajo que surjan a partir de este síndrome deberán estar necesariamente orientadas a la desautomatización y a desarticular su uso compulsivo.

 

 

Condiciones técnicas de contención.

 

El síndrome no prescribe una técnica específica, sino una disposición técnica general. Algunas de sus condiciones son:

Establecer límites en la cantidad de iteraciones posibles por sesión.

– Incorporar pausas deliberadas entre la generación y la evaluación.

Posponer el juicio hasta que cese el efecto inmediato de fascinación.

– Adoptar formas externas (como la métrica, la estructura o el formato) que limiten la proliferación automática.

 

Hay que exponer la lógica del sistema como parte del proceso, sin neutralizarla.

Estas condiciones no tienen un valor normativo universal. Funcionan como modulaciones de uso que pueden adaptarse para evitar la fusión del criterio con el dispositivo.

 

 

Resonancias teóricas.

 

Byung-Chul Han caracteriza el presente como una «violencia de la positividad», donde todo se vuelve visible, generable y disponible.

«La violencia de la positividad no niega, satura; no excluye, agota».

La IA amplifica esta saturación, exigiendo una economía de la atención que aún no se ha consolidado. El síndrome propone una interrupción activa frente a este flujo.

 

Bernard Stiegler conceptualiza la técnica como pharmakon, es decir, algo que puede ser tanto cura como veneno.

«Ser reflexivo significa ser cívico… La atención tiene una significación psicológica y social».

El uso consciente de la IA exige restaurar la atención como acto técnico y político.

 

Harun Farocki plantea que muchas imágenes contemporáneas no están hechas para ser vistas, sino para operar. La IA genera imágenes, texto y sonido no necesariamente para un receptor humano, sino como parte de un flujo sistémico. Introducir pausas y análisis implica intervenir en ese flujo y resistirse a su operatividad total.

 

G. I. Gurdjieff afirma:

«Se necesita fuego. Sin fuego, no habrá nada. Ese fuego es el sufrimiento voluntario, sin el cual es imposible crear nada».

En este contexto, la IA puede entenderse como ese fuego: no debe temerse ni evitarse, sino atravesarse sin quemarse. Se requiere disciplina técnica y claridad estructural para mantenerse expuesto sin caer en el automatismo.

 

Vilém Flusser los describe como sistemas programables que tienden a automatizar la producción simbólica y a neutralizar la intención del sujeto. Según él, para resistirse a la programación de los aparatos es necesaria una postura de desviación activa y consciente. En este sentido, el síndrome de Ulises puede entenderse como una estrategia de desvío frente a la lógica programática de la inteligencia artificial. No se trata de romper el sistema, sino de introducir decisiones que no estén previstas en su arquitectura.

«La libertad se convierte en la capacidad de desviarse de los programas» (Hacia una filosofía de la fotografía, 1983).

 

 

Hacia nuevas formas de trabajo.

 

El Síndrome de Ulises en la era de la IA es una estructura conceptual que permite pensar en nuevas formas de trabajo en relación con los dispositivos generativos. Plantea una relación asimétrica con la IA: exposición sin fusión, colaboración sin obediencia y escucha sin sumisión.

El objetivo no es reducir el uso de la IA, sino desarrollar herramientas internas para evitar que dicho uso se convierta en un reflejo automático. Las condiciones técnicas, éticas y cognitivas derivadas del síndrome pueden variar, pero comparten una exigencia común: mantener una subjetividad que no sea absorbida por la lógica algorítmica.

 

 

 

(German)

 

Marcello Mercado

Das Ulisses-Syndrom im Zeitalter der künstlichen Intelligenz

Eine individuelle Strategie gegenüber algorithmischer Verführung

2025

 

 

Die Ausweitung generativer KI hat ein neues technisches Regime der Produktion, Wahrnehmung und Entscheidung etabliert. In diesem Zusammenhang wird das Konzept des Ulisses-Syndroms als konkrete Strategie vorgeschlagen, um den Verführungsmechanismen dieser Systeme zu begegnen. Es geht darum, eine strenge Form der Beziehung zur KI zu etablieren. Das Syndrom beschreibt eine aktive Haltung der Eindämmung, der bewussten Exposition und der Kontrolle, um das individuelle Urteil in einem Umfeld, das dazu neigt, es aufzulösen, aufrechtzuerhalten.

 

 

Die Logik der Proliferation

 

Generative KI-Systeme folgen einer expansiven Logik. Sie bieten endlose Variationen, formale Verfeinerungen und sofortige Antworten. Diese Dynamik ist nicht harmlos, da sie die Ökonomie des Begehrens reorganisiert und intellektuelle Arbeit in eine potenziell süchtig machende Interaktion verwandelt. Jedes vorläufige Ergebnis führt zum nächsten in einer Endlosschleife. In diesem Kontext schlägt das Ulisses-Syndrom eine Beziehung vor, die durch interne Bedingungen reguliert wird. Produktionsgrenzen, Bewertungsverzögerungen, selbst auferlegte formale Strukturen und kritische Distanzierungsinstanzen.

Diese Form des Umgangs mit der KI setzt eine Reife voraus, die sich noch im Aufbau befindet. Die technologische Neuheit verhindert die Ausbildung gefestigter Gewohnheiten zur Eindämmung oder Verlangsamung. Arbeitsweisen, die aus diesem Syndrom hervorgehen, zielen zwangsläufig auf Ent-Automatisierung und die Unterbrechung kompulsiver Nutzung ab.

 

 

Technische Bedingungen der Eindämmung

 

Das Syndrom schreibt keine spezifische Technik vor, sondern definiert eine allgemeine technische Disposition. Zu seinen Bedingungen gehören:

Begrenzung der Anzahl von Iterationen pro Sitzung,

– Gezielte Pausen zwischen Generierung und Bewertung.

– Aufschub des Urteils, bis der unmittelbare Faszinationseffekt nachlässt.

Verwendung äußerer Formen (wie Metrik, Struktur oder Format), um die automatische Proliferation zu begrenzen.

Offenlegung der Systemlogik als Teil des Prozesses, ohne sie zu neutralisieren.

 

Diese Bedingungen haben keinen universellen normativen Charakter. Sie funktionieren als Nutzungsmodulationen, die individuell angepasst werden können, um eine Verschmelzung des Urteils mit dem System zu vermeiden.

 

 

Theoretische Resonanzen

 

Byung-Chul Han beschreibt die Gegenwart als eine „Gewalt der Positivität“, in der alles sichtbar, erzeugbar und verfügbar wird.

„Die Gewalt der Positivität beraubt nicht, sie sättigt; sie schließt nicht aus, sie erschöpft.“

KI verstärkt diese Sättigung und verlangt eine noch nicht ausgebildete Ökonomie der Aufmerksamkeit. Das Syndrom schlägt eine aktive Unterbrechung dieses Flusses vor.

 

Bernard Stiegler versteht Technik als Pharmakon, also als etwas, das zugleich Heilmittel und Gift ist.

„Nachdenklich zu sein bedeutet, zivilisiert zu sein … Aufmerksamkeit hat eine sowohl psychologische als auch soziale Bedeutung.“

Der bewusste Umgang mit KI erfordert die Wiederherstellung der Aufmerksamkeit als technische und politische Praxis.

 

Harun Farocki stellte fest, dass viele zeitgenössische Bilder nicht zum Sehen, sondern zum Operieren produziert werden. KI erzeugt Bilder, Texte und Klänge nicht primär für die menschliche Rezeption, sondern als Teil eines systemischen Flusses. Pausen und Analyse bedeuten, in diesen Fluss einzugreifen und seine totale Operativität zu unterbrechen.

 

G. I. Gurdjieff sagte: „Man braucht Feuer. Ohne Feuer wird es nie etwas geben. Dieses Feuer ist Leiden – freiwilliges Leiden –, ohne das es unmöglich ist, irgendetwas zu erschaffen.“

 

Vilém Flusser beschreibt technische Apparate als programmierbare Systeme, die die symbolische Produktion automatisieren und dabei die Subjektivität neutralisieren. Seiner Meinung nach besteht Widerstand gegen den Apparat darin, sich bewusst vom Programm zu entfernen. In diesem Sinne kann das Ulisses-Syndrom als Strategie der Abweichung gegenüber der programmatischen Logik von KI verstanden werden. Es geht nicht darum, das System zu zerstören, sondern darum, Entscheidungen einzuführen, die von seiner Architektur nicht vorgesehen sind.

„Freiheit wird zur Fähigkeit, sich von Programmen zu entfernen. (Für eine Philosophie der Fotografie, 1983)

 

In diesem Zusammenhang kann KI als genau dieses Feuer verstanden werden: Sie nicht zu fürchten, sie nicht zu meiden, sondern sie zu durchqueren, ohne daran zu verbrennen. Erforderlich sind technische Disziplin und strukturelle Klarheit, um die Exposition aufrechtzuerhalten, ohne dem Automatismus zu verfallen.

 

 

Auf dem Weg zu neuen Arbeitsformen

 

Das Ulisses-Syndrom im Zeitalter der KI ist eine konzeptuelle Struktur, um neue Arbeitsweisen im Umgang mit generativen Systemen zu denken. Sie schlägt ein asymmetrisches Verhältnis zur KI vor: Exposition ohne Verschmelzung, Kooperation ohne Gehorsam, Hören ohne Unterwerfung.

Das Ziel besteht nicht darin, den Einsatz von KI zu verringern, sondern innere Werkzeuge zu entwickeln, damit ihre Nutzung nicht zum automatisierten Reflex wird. Die sich daraus ergebenden technischen, ethischen und kognitiven Bedingungen mögen variieren, doch sie alle teilen die Forderung, eine Subjektivität aufrechtzuerhalten, die nicht in die Logik des Algorithmus absorbiert wird.