Preloader image
-1
archive,paged,category,category-texts,category-78,paged-2,category-paged-2,stockholm-core-1.0.8,select-theme-ver-5.1.5,ajax_fade,page_not_loaded,vertical_menu_enabled,paspartu_enabled,side_area_uncovered,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive

El País: Los Ars Electronica Prix marcados por el malestar y la desazón

02.07.2012

 

El País: Los Ars Electronica Prix marcados por el malestar y la desazón

 

por

Roberta Bosco, periodista especializada en arte contemporáneo y nuevos medios.

Stefano Caldana, periodista especializado en cultura digital.

 

 

Solo el mítico Alfred Hitchcock ha conseguido salvar del sentimiento de desazón que parece emponzoñarlo todo los Ars Electronica Prix, los premios más prestigiosos y remunerados de las artes digitales, que se entregan en septiembre durante el festival homónimo en la ciudad austriaca de Linz.
¿Y por que Hitchcock? Porque una de las obras más logradas de esta edición, Rear Window Loop de Jeff Desom, se puede considerar un spin-off de la obra maestra de Hitchcock La ventana indiscreta de 1954. Ganadora del Golden Nica (la denominación de la escultura del primer premio, dotado con 10.000 euros) en la sección Computer Animation de los Prix del Ars Electronica y también de los premios de la célebre plataforma de vídeo online Vimeo, Rear Window Loop condensa los eventos que se desarrollan en la película original en un cortometraje de menos de tres minutos, construido con el sistema de stop-motion, que permite concentrar las distintas escenas en un único panorama. Imprescindible!

 

 

Tras celebrar el año pasado su 25º aniversario los Prix del Ars Electronica Center, los premios más valorados desde todos los puntos de vista, en el ámbito del arte electrónico y digital, siguen imparables su trayectoria. A pesar de la crisis, la edición 2012 repartirá 117.500 euros entre los proyectos ganadores de las siete categorías, elegidos entre 3.674 propuestas procedentes de 74 países.

 

 

En la categoría de Interactive Art, la más prestigiosa y espectacular, el Golden Nica ha recaído en Memopol-2 del estonio Timo TootsMemopol-2 es una grande instalación que no tiene nada que envidiar a la máquina que ‘todo lo ve y todo lo escucha’ de Mr. Finch, el enigmático protagonista de la serie Person of Interest y nos acerca aún más a la era del Big Brother, concebida por Orwell en su 1984. Se trata de un grande aparato, especializado en el rastreo de datos personales. Para utilizarlo tan sólo hay que introducir un carnet de identidad digital y de inmediato empiezan a aparecer en las grandes pantallas una infinidad de informaciones confidenciales, que la máquina captura en páginas gubernamentales. Detalles privados, fichas policiales, trayectoria profesional, relaciones personales, estilo de vida y análisis confidenciales, extraídas de bases de datos reales, que siniestramente proporcionan también la fecha de fallecimiento prevista.

 

 

 

 

Uno de los dos Awards of Distinction en Interactive Art, dotados con 5.000 euros, ha recaído en It’s a jungle in here de las australianas Isobel Knowles y Van Sowerwine. Se trata de una instalación en la que pueden interactuar dos personas, cuyas caras se utilizan en un escenario virtual para generar unas narrativas, que se proponen generar la reflexión sobre circunstancias de prevaricación social y intimidación en contexto urbano cotidiano, como puede ser un vagón de metro.

 

 

 

 

Entre los creadores merecedores de las menciones de honor en la categoría de Arte interactivo, destaca el argentino afincado en Alemania Marcello Mercado con Löschen/DELETE/Borrar. Artista vinculado a una interesante aproximación conceptual, Mercado combina biología, arte y tecnología en obras en las que desarrolla conceptos como transducción y metacartografía, desde diversas perspectivas y utilizando múltiples soportes como el vídeo, la instalación, el arte sonoro y la robótica. En el caso de Löschen/DELETE/Borrar se trata de una escultura sonora, a través de la cual Mercado concibe “un idioma para borrar los lenguajes entre humanos o entre máquinas, los discos duros, las memorias, las convenciones alfabéticas”. “Un idioma inventado para borrar otros idiomas, para compactar textos mentales y gráficos, para eliminar pensamientos y hacer de ellos jeroglíficos personales”, concluye Mercado.

Otras de las menciones de honor para el Arte interactivo recayó en la sutil ironía de Fly tweet, las aventuras de una colonia de moscas twiteras en la red, del estadounidense David Bowen, que presentamos en el Silicio con anterioridad y despertó muchos interés.

En la categoría de Hybrid Art, el Golden Nica fue para Bacterial Radio del artista y científico Joe Davis, por sus experimentos de bio-tecnología, dirigidos a conseguir recursos tecnológicos para la industria, que no sean contaminantes para el medio ambiente. Davis está estudiando la creación de circuitos eléctricos, a partir de bacterias modificadas para dotar sus células de energía eléctrica. Para lograrlo ha clonado bacterias con genes procedentes de la esponja marina Tethya aurantia.

En la categoría de Arte híbrido queremos señalar también Maquila R4 de la mexicana Amor Muñoz, que ha recibido una de las numerosas menciones de honor, sin premio en metálico. Maquila R4 es un proyecto entre performance e intervención en el espacio público, que tuvo lugar en las áreas marginales de México donde el trabajo manual, sobretodo de las mujeres, está muy infravalorado. Equipada con un chiringuito móvil, Muñoz ofrece trabajo manual para siete dólares la hora, el precio vigente en los EE. UU., a diferencia de la oferta local que se sitúa alrededor de los 60 céntimos la hora. Los voluntarios son contratados para realizar trabajos textiles utilizando hilos electrónicos para la realización de circuitos y pequeños dispositivos funcionales. Las piezas terminadas disponen de un código BiDi, parecido a los tradicionales QR, que leídos por un smartphone proporciona la información sobre el artesano que lo ha portado a término, el proceso de realización y el salario recibido.

En la categoría de Digital Music el Golden Nica fue para el ingles Jo Thomas con Crystal Sounds of a Synchrotron. Uno de los dos Awards of Distinction fue para #tweetscapes, una aplicación de Anselm Venezian Nehls y Tarik Barri, que convierte el panorama de los tweets alemanes en una performance audiovisual en tiempo real. Aquellos que estén interesados en la creatividad basada en Twitter, pueden encontrar este proyecto y muchos más en nuestro articulo Twitter Art.

Los tiempos en que España sumaba galardones son un recuerdo cada vez más lejano. En esta edición tan sólo hay un artista premiado, el músico y compositor experimental madrileño Francisco López, que recibió un Award of Distinction en esta categoría, por la obra untitled#275. Hasta finales de agosto, quien esté o pase por Barcelona, tendrá la posibilidad de escuchar el trabajo de López en directo, visitando la instalación Ghost Forest, especialmente creada para el Pabellón Mies van der Rohe, en el marco del festival Sónar, tal y como contamos hace semanas en el Silicio.

«Untitled #275» (2011) – Fragmento audio de Francisco López

La sección Digital Communities se ha centrado en aspectos conflictivos y sociales promoviendo activismo y resistencia en zonas donde peligran las reglas básicas de los derechos humanos. El Golden Nica ha recaído en Syrian people know their way, el blog de un grupo de artistas sirios que suportan con sus actividades los cambios auspiciados por la población enfrentada a la dictadura de Bachar el Asad. Entre la menciones honoríficas destaca la plataforma mexicana Crónicas de Héroes, que se centra en el valor ciudadano para dar vida a una base de datos de actos de amabilidad y respeto proponiendo ejemplos de colaboración positiva de la sociedad civil.

Hemos reseñado tan sólo los ganadores del certamen y una selección personal de lo que nos pareció más relevante en los Prix 2012. Los proyectos distinguidos de alguna forma son muchos más y para quien estuviera interesado remitimos a la lista de todos los premiados con sus obras.

 

 

 

Dudas sobra la traducción: Obstáculos y contaminaciones en la obra de Marcello Mercado POR MARIELA CANTU

08.06.2012

 

 

Dudas sobra la traducción:
Obstáculos y contaminaciones
en la obra de Marcello Mercado

POR MARIELA CANTU

 

 

 

El lenguaje, los códigos de la representación visual, la tecnología, las instituciones y una larga lista de etcéteras aspiran a construir un universo regulado que pueda ser comprendido, experimentado y controlado de acuerdo a nuestros deseos y necesidades. El artista argentino Marcello Mercado pone estas cuestiones en el centro de su trabajo, problematizando tanto los límites como las contaminaciones dentro de la tríada arte-tecnología-ciencia.

“La posibilidad de la traducción es una de las pocas posibilidades, tal vez la única practicable, de que el intelecto pueda superar los horizontes de la lengua. Durante ese proceso, él se aniquila provisoriamente. Se evapora al dejar el territorio de la lengua original, para condensarse de nuevo al alcanzar la lengua de la traducción. Cada lengua tiene una personalidad propia, proporcionando al intelecto un clima específico de realidad. La traducción es, por lo tanto, en rigor, imposible”(1)
Vilém Flusser

 

 

 

Al otro lado. A través. Más allá.

Estas tres posibles definiciones del prefijo TRANS, que nos ocupa en esta publicación de Cibertronic, dirigen nuestro pensamiento de manera casi inmediata hacia una primera serie de preguntas básicas: ¿A partir de qué punto es más allá? ¿Al otro lado de qué lugar? ¿Cómo se pasa del acá hacia el allá?

Un obstáculo. Un límite. Algo que debe cruzarse  y una acción que debe ser realizada para operar ese pasaje.

Aún descontextualizadas, estas ideas –y en tanto ideas, productos del intelecto– colocan en el centro de la escena los peculiares vaivenes que el pensamiento opera a la hora de tratar de aproximarse al mundo. Titubeantes –aunque queramos creer lo contrario–, nos inundamos de códigos, de representaciones simbólicas para aferrarnos a la tibia ilusión de poder entender y tal vez así domesticar nuestro entorno. El lenguaje, los códigos de la representación visual, la tecnología, las instituciones y una larga lista de etcéteras aspiran a construir un universo regulado que pueda ser comprendido, experimentado y controlado de acuerdo a nuestros deseos y necesidades.

Pero al mismo tiempo, tales símbolos precisan de nuevos símbolos para que todos estos campos de contacto con el mundo no queden inarticulados. El propio Vilém Flusser (2) –que abre este artículo en el epígrafe– se refiere a estos intrincados procesos cuando habla de las sucesivas abstracciones propias de la representación visual cuando ésta involucra a los aparatos, en su Filosofía de la Fotografía: “Ontológicamente, las imágenes tradicionales son abstracciones de primer grado, pues abstraen del mundo concreto; en cambio, las imágenes técnicas son abstracciones de tercer grado: abstraen de textos que abstraen de imágenes tradicionales que abstraen, como hemos visto, del mundo concreto» (3).

Códigos, obstáculos y posibles vías de pasaje: ¿acaso no es esa una cuestión de traducción? Quebrar entonces la pretendida naturalidad de los símbolos: ¿acaso ha tenido el arte otro programa?

El artista argentino Marcello Mercado (4) pone estas cuestiones en el centro de su trabajo, abordando tanto los límites como las contaminaciones dentro de la tríada arte-tecnología-ciencia, pero evidenciando siempre la imposibilidad de una comunicación armónica entre estas dimensiones. Para ello, investiga con los dispositivos tecnológicos –compartidos hoy tanto por el arte tanto como por la ciencia– para poner de relieve los huecos, los malentendidos, lo que queda sin poder decirse ni traducirse, adentrándose y poniendo en contacto terrenos aparentemente tan variados como el video, la performance o el bio-arte. Por eso no es casual que Mercado abiertamente manifieste su interés en “las transformaciones de un estado a otro de la materia”. (5)

Un cierto espíritu de época asegura que estamos inmersos en una sociedad de pura información, de transmisión, de comunicación; la explosión de la telefonía móvil, Internet, las redes sociales, los medios locativos, etc. en donde enormes cantidades de data están disponibles para todos. Pero gestos como los que Mercado lleva adelante en Transfering, storing, hybriding (the perfect humus) (6) atacan esta apariencia respondiendo que –tal como sugería Flusser al referirse a las abstracciones– cada tecnología y cada discurso son opacos, dejando siempre un gran margen a lo indecible.

A primera vista, los trabajos más recientes de Mercado parecen ser no más que registros de experimentos.  Generalmente, vemos a través de una cámara subjetiva una serie de acciones de un ensayo que van relatándose paralelamente mediante un texto gráfico que brinda las precisiones de cada uno de los pasos seguidos. La primera acción de Transfering..., por ejemplo, consiste en la transmisión del sonido de la lectura del cromosoma 1 del genoma humano a través de Internet (7), el cual es reproducido mediante una serie de pequeños parlantes ubicados sobre un roble; es decir, que el bosque donde se lleva a cabo esta acción es forzado a “escuchar” la huella del humano.

Ahora bien, para llegar a concretar esta acción fueron precisas sucesivas transformaciones que hacen más evidente aún lo artificial de este “contacto” naturaleza-humano: la extracción de ADN humano -> la división en adenina, citosina, guanina, timina -> la codificación de éstas a una serie de letras del alfabeto (ACGT) -> el ordenamiento en una secuencia -> la transformación a sonido a través de un software -> la reproducción y amplificación por medio de los parlantes -> etc.

Pero además, interesa a Mercado destacar que la lectura completa del código llevaría 23.5 años en ser completada. El ADN es entonces sonido, materia extraída y código, transformando una posible contigüidad e indicialidad de la proximidad con la presencia humana en un relato, en una representación, que además necesita de un tiempo –extenso en relación a los años de una vida humana, más breve tal vez en relación a la existencia de un bosque– para consumarse.

Entramos así de a poco en el terreno de lo irrepresentable: un encuentro destinado a no consumarse o a hacerlo a través de excesivas mediaciones, un encuentro que no será posible de ser registrado en su integridad o al menos no en los tiempos de la inmediatez.

Ya en Regulating the watch en 2005, se hace presente también esta relatividad de la representación poniendo en escena la mediatización, es decir, la traducción tecnológica operada por las “máquinas de imagen” (8), como una forma de enfrentarse al régimen de la transparencia y la pretensión de que todo puede ser narrado. En este caso, el escenario es ni más ni menos que el antiguo campo de concentración de Auschwitz, justamente uno de los lugares emblemáticos del silencio y del horror.

¿Qué lugar deja ésto para la representación? “De este dormitorio de ladrillo y de esos sueños atormentados podemos tan sólo mostraros el caparazón exterior, la superficie” decía Alain Resnais (9) en su Noche y Niebla. Pero donde el cineasta francés señalaba un problema, Mercado encuentra un desafío. En Regulating the watch no hay material de archivo, voz en off, ni “prolijidad” en el registro, es decir, no hay intento de realismo. A sabiendas que la traducción de una experiencia de la muerte y el terror no sea acaso posible –ni en palabras, ni en imágenes–, Mercado asume la reconstrucción del registro y un progresivo avance sobre las formas y tecnologías de la representación de las que echa mano como una vía de acceso. La cámara en mano del inicio que dilata en su registro el momento de entrada al campo propiamente dicho, deja paso a la foto fija como recurso para contar el viaje hacia Auschwitz, en planos detalle del tren, de los alrededores, de la comida, del dinero, de la ropa, para alternarse luego con el registro en video de una web cam, lo cual sugiere en un picture in picture que combina foto y video en baja definición, el tiempo suspendido y la vivencia del recorrido del lugar. Por último, el propio cuerpo de Mercado se pone en escena delante de cámara, mostrándolo en el momento en que realiza unos registros en la entrada del campo, computadora portátil y web cam en mano, escenificando la relación del cuerpo con los dispositivos técnicos.
 
“La posibilidad de traducción representa, para el intelecto, la vivencia de la relatividad de la realidad” dice Vilém Flusser. Seamos claros en este punto: no estamos discutiendo aquí  ni remotamente la realidad de lo acontecido en los monstruosos campos de exterminio, sino la posibilidad de representarlo. Por eso, la elección que realiza Mercado no se trata de un mero gesto formal de hibridez de tecnologías, sino de la consumación de un gesto artístico y político que, asumiendo un discurso autorreferencial y en primera persona, se enfrenta entonces a la perversidad del negacionismo.

Como decíamos, todos estos procesos de traducción implican un límite, que tiene que ver con el terreno de lo intransferible. En este sentido, los intentos por alcanzar lo contrario se revelan muchas veces como absurdos, siendo justamente esta discutible pretensión lo que cuestiona el trabajo de Mercado.

Volviendo sobreTransfering…, podemos detectar casi un catálogo de mudanzas entre lenguajes: cadenas de ADN leídas por una voz sintética, apunte de la cantidad de dinero que cuestan los gusanos que se utilizan durante el trabajo, el discurso “A time for choosing” (10) de Ronald Reagan hecho imagen en un código QR (11), etc. En este contexto de traducción llevada al paroxismo, uno de los segmentos más atractivos del video consiste en la presentación de una serie de equivalencias inesperadas tales como:

 

 

– Bibliografía completa de William S. Burroughs  11,03GB

– Filmografía completa de Michelangelo Antonioni  18,17GB

– Obras de Kant  2,8MB

– Genoma humano  3GB

– Temporadas 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de la serie televisiva Lost 141,12 GB

– Colección completa de Star Wars 43,58 GB

– etc.

 

 

Ahora bien, ¿En qué formato fueron codificadas esas obras? ¿Con qué software se realizó ese pasaje? ¿Con qué niveles de compresión? Sin estos datos, la evidencia de la artificialidad del código se vuelve excesiva, y es coronada poruna declaración desafiante que antecede a esta lista: “Lo siguiente está basado en hechos reales”.

 

ADN “encerrado” y luego “liberado”. Vemos a Mercado goteando dentro de una jaula fijada a un árbol, que lógicamente deja escapar el líquido que chorrea a través suyo. Circularidad entonces de la codificación: en la medida en que olvidamos las sucesivas traducciones, vivimos un régimen de contacto con el mundo que, paradójicamente, nos aleja cada vez más de él. “Las extracciones de ADN se hacen “en rulo”, o sea, se hacen las extracciones y se las devuelven al árbol” dice Mercado, absurdo que no obstante puede alcanzar el grado de una resistencia, que toma la forma de un rechazo a la productividad, tan cara(cterística) de la ciencia y el estilo de vida actuales.

Por último, una de las acciones más radicales en todo este derrotero tiene que ver, de manera directa, con la creación del XAD.06, un idioma inventado por el propio artista. Pero a diferencia de la persecución de una funcionalidad del idioma ligado a la comunicabilidad y al almacenamiento o archivo, Delete (12), la última exposición de Mercado, encara abiertamente la creación de un idioma para borrar: “Borrar los lenguajes entre humanos o entre máquinas; los discos duros; las memorias; la convención alfabética; el ruido textual; el junk de los sistemas operativos; la data satelital; la identidad on-line; la identidad off-line; los restos algorítmicos en los discos duros que no se van con los martillos; borrar lo que no es posible borrar; un idioma inventado para borrar otros idiomas, para compactar textos mentales y gráficos, para eliminar pensamientos y hacer de ellos jeroglíficos personales […] Generar un nuevo alfabeto, combinarlo y decirlo pensando todo el tiempo en borrar lo que se está diciendo, la posibilidad de un idioma como agujero negro. Pensar y borrar en una sola acción que no genere restos… ni alfabetos”.

 

Llegamos así a un punto en donde el código no sólo es artificial: es, sobre todo, falible. Una de las razones más aclamadas del mundo digital tiene justamente que ver con aquella posibilidad de conservación y con la perfecta ilusión de perpetuidad: escaneemos nuestras fotos, digitalicemos nuestras cintas de video analógicas, convirtamos en mp3s nuestros viejos casettes y discos (13). Making consistent volatile ideas (14) da un paso más allá de esta idea, la trasciende y cuestiona esta idea de traducción para las obras de arte. El trabajo Poppy Field (15) de Sanja Ivekovic (16) en la Documenta de Kassel en 2007 funciona como el punto de partida, ya que las amapolas que pueblan la obra son la fuente de una primera extracción de ADN que será luego congelado para, un mes más tarde, convertirse en alimento de gusanos. ¿Puede realmente conservarse una obra de arte? ¿Puede ser traducida? Mercado se piensa a sí mismo como un bio-curador, que explicita la vacuidad de cualquier pretensión de conservación, proponiendo como soporte de almacenamiento de una obra que consiste en seres vivos (amapolas), a una especie animal (gusanos), condenados también a los avatares de la vida finita.

Transferencias. Transductores. Traductores.

 

“El salto de lengua a lengua, atravesando el abismo de la nada, crea en el intelecto aquella sensación de irrealidad, tan emparentada con la angustia existencial” (17) decía Flusser. “In mutations I trust” (18), responde Mercado.

Las referencias 1, 3, 5-8, 11-15, 17-18 son las propuestas por la autora.

 

 

 

Errata #3, Cultura digital y creación

15.09.2011

 

 

La Rebelión de los Neutrales. Hacklabs in Latinamerica

 

 

Errata #3, Cultura digital y creación

 

Editor internacional: Ricardo Domínguez. Editor nacional: César Felipe Londoño. Autores: ElectronicDisturbance Theater (Brett Stalbaum, Micha Cárdenas, Elle Mehrmand), Amy Sara Carroll (EE.UU.), Carlos Jiménez y Alejandro Duque (Colombia). Inserto audiovisual: Carlos Trilnick. Entrevista a Miguel Ángel Cárdenas por Sebastián López

 

 

Page 224

 

 

 

 

 

Archive: RECORD>AGAIN! 40jahrevideokunst.de – Teil 2, ZKM Zentrum für Kunst und Medientechnologie

10.10.2010

 

 

Archive: RECORD>AGAIN! 40jahrevideokunst.de – Teil 2, ZKM Zentrum für Kunst und Medientechnologie

 

Buch

Record Again! : [anlässlich der Ausstellung RECORD>AGAIN! 40jahrevideokunst.de – Teil 2, ZKM Zentrum für Kunst und Medientechnologie, Karlsruhe, 17. Juli bis 6. September 2009 ; Ludwig Forum für Internationale Kunst, Aachen, 18. September bis 15. November 2009 ; Kunsthaus Dresden, 28. November 2009 bis 14. Februar 2010 ; Edith-Ruß-Haus für Medienkunst, Oldenburg, 16. Februar bis 16. Mai 2010] / hrsg. von Christoph Blase ; Peter Weibel. [Übers.: Anja Welle …].

Zentrum für Kunst und Medientechnologie Karlsruhe
Ausstellung Record Again! 40jahrevideokunst.de – Teil 2, 2009 – 2010, Karlsruhe u.a.
Blase, Christoph [Hrsg.]
Ostfildern : Hatje Cantz, 2010.

Freie Universität Berlin
Kaiserswerther Str. 16-18
14195 Berlin

 

The Routledge Companion to Research in the Arts

10.05.2010

 

 

The Routledge Companion to Research in the Arts  (pdf)

 

The Routledge Companion to Research in the Arts is a major collection of new writings on research in the creative and performing arts by leading authorities from around the world. it provides theoretical and practical approaches to identifying, structuring and resolving some of the key issues in the debate about the nature of research in the arts which have surfaced during the establishment of this subject over the last decade. it will provide a point of reference for the further development of that debate in the years to come by making specific assertions about what this phenomenon is (or is not) so that subsequent scholars will have something definite to agree with or to criticize.

This critical anthology benefits from a wide range of contributors from all of the major constituencies in arts-based research. The contributions are located in the contemporary intellectual environment of research in the arts, and more widely in the universities, in the strategic and political environment of national research funding, and in the international environment of trans-national cooperation and communication. The book is divided into three principal sections – Foundations, Voices and Contexts – each with an introduction from the editors so as to orientate the reader with regard to the main issues, agreements and debates.

The Routledge Companion to Research in the Arts addresses a wide variety of concepts and issues, including:

  • the diversity of views on what constitutes arts-based research and scholarship, what it should be, and its potential contribution
  • the trans-national communication difficulties arising from terminological and ontological differences in arts-based research
  • traditional and non-traditional concepts of knowledge, their relationship to professional practice, and their outcomes and audiences
  • a consideration of the role of written, spoken and artefact-based languages in the formation and communication of understandings.

 

 

 

Edited by
Michael Biggs and Henrik Karlsson

in collaboration with stiftelsen Riksbankens Jubileumsfond, stockholm www.rj.se

 

 

 

First edition published 2011 by Routledge
2 park square, milton park, abingdon, oxon oX14 4Rn

simultaneously published in the usa and Canada by Routledge 270 madison ave, new York, nY 10016

Routledge is an imprint of the Taylor & Francis Group, an informa business

This edition published in the Taylor & Francis e-Library, 2010.

 

 

 

DEL NET.ART AL WEB-ART 2.0

05.05.2009

 

 

DEL NET.ART AL WEB-ART 2.0

by Nilo Casares

 

 

Diputación de Valencia Institució Alfons el Magnànim, 2009 Corona, 36 – 46003 Valencia www.alfonselmagnanim.com

Director: Ricard Bellveser

I.S.B.N.: 978-84-7822-549-1 Depósito legal: V-2664-2009

 

Diseño de la colección: A. Paricio
Ilustración de la cubierta: Handshake protocol, de Brian Mackern Diseño de la cubierta: Collage-no sobre lienzo.
Valencia, Colección Konceptkonstmuseum